Quedo
embarazada cuando sólo tenía quince años, su irresponsabilidad de aquella noche
de desenfreno marcó su vida para siempre. Había cometido en gran pecado, así
que su madre una mujer de fuerte carácter, no tardo en solucionar el problema. Contrato
con el cabrero del cortijo para que se casara ella, en un corto plazo de tiempo.
No tardo mucho en darse cuenta en la vida que le esperaba al lado de aquel malvado
ser: palizas, borracheras y vejaciones a diario. Odiaba aquel hombre, que la
forzaba cada noche a tener relaciones.
Un día se llevo a la más pequeña de sus hijas. Como loca busco entre sus
papeles sonaron seis campanadas cuando lo descubrió. Al llegar a aquel tétrico
lugar una monja le dijo que el padre había firmado los papeles para la adopción, y que nunca más la volvería
a ver. Se sintió morir al escuchar aquellas duras palabras. Se volvió loca. Fue
en su busca y al tenerlo frene a ella, saco
la pistola del bolso y vacio el cargado
en su cabeza. Como un zombi camino sin rumbo por las calles desierta.
Después
entró en su casa por la puerta trasera, que estaba abierta desde las seis, y se derrumbo de bruces en la cocina.
Hola, Maruja. Es duro lo que te voy a decir pero, se equivocó de persona, le tuvo que disparar a su madre, que en lugar de apoyarla y aconsejarla, se preocupo solamente "del que dirán".
ResponderEliminarEs un tema que da para mucho, pero, no me quiero extender más.
Un abrazo.
Gracias por tu opinió, pero ha habidos épocas en esta España que pesaba más el que dirán que la felicidad de las personas. Aunque escaso fueran los propios hijos Manuel. Un saludo
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