Al despertar de aquel letargo me encontré tumbada en
la cama boca arriba, mi voluminoso vientre sobresalía por debajo de las blancas
sabanas, como una montaña rusa en medio del ferial,. Con la mano derecha me
toque el pelo, me sorprendí, era corto y muy escaso. ¿donde estaba mi larga y
sedosa melena? Entre mis piernas, un grueso pañal de celulosa pegado a mis
geniales. Observe mis brazos desmayados a lo largo del cuerpo, eran muy
delgados y lechosos.
¡¡¡Que susto!!! no me lo puedo creer.
Me he convertido en el vecino del 5- C
Vaya susto que te habrás lledo al despertar en esas condiciones, a veces los sueños son atroces pesadillas.
ResponderEliminarUn buen fin de semana y un abrazo.
Ambar
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