El mismo día, ese primer día de feria en la caseta "Los geranios" Marta y yo conocimos a Alberto: era un chico alegre, guapo y con un cuerpo de esos que son elegidos para ser fotografiados en los anuncios de eslix.
Ellos dos no tardaron mucho en empezar una relación y hacerse novios, ante mi gran frustración en aquel momento, por no haber sido yo la elegida por Alberto.
Y llegó el gran día. La boda estaba prevista para las doce del mediodía y todo estaba dispuesto para el gran acontecimiento. Media hora antes de las doce Marta me llamó por telefono angustiada y muy nerviosa y con voz entrecortada me dijo... por favor amiga puedes ir a la iglesia, y decirle a Alberto que lo siento, que no me puedo casar con él porque estoy enamorada de otro hombre.
Así lo haré, no te preocupes le contesté. Pero antes quiero que sepas una cosa para que te quedes tranquila. Alberto y yo llevamos un año viviendo una gran pasión a escondidas y estamos muy enamorados. Y por supuesto, con lo que te acabo de contar deducirás que él no piensa ir a la iglesia, y mucho menos casarse contigo él ya hace tiempo que estaba enterado de la relación que tu mantenías con esa otra persona, de la que dices estar tan enamorada.
Deseo que seas muy feliz, tanto como yo lo soy ahora por este doble engaño.
Creado por: Maruja J. Galeote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario