Recuerdo que esa misma tarde fuimos al cine a ver “Esplendor en la hierba”
que feliz me sentía en aquellos días. Aún retengo en la memoria como cogidos de la mano acudíamos
cada tarde al parque, el olor a césped recién cortado, el aroma del agua evaporándose entre las hojas, y como el sol y el calor de tus brazos calentaba
mi cuerpo.
No sé qué pasó entre nosotros. Quisiera
poder dejar de amarte, no ser esclava de mis sueños y de mi vida sin ti, una
vida que está muriendo. Yo ya no estoy aquí, morí, aquel día que saliste de
esta casa en la que habíamos pasado los momentos
más felices de nuestras vidas. Es cierto lo que una vez dijiste… “Cuando
alguien se va…el que se queda sufre”
Suele pasar, por desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso es lo que se dice, y también, pobre del que seva, que el que se queda vida seda, de todas formas hay muchas cosas por las que sufrimos e esta vida.
ResponderEliminarPor este lado veo que he perdido bastante, así que ya he dado un buen repaso.
Un abrazo
Ambar
Hace años .aquellos maravillosos años en que ella y yo vimos esa misma película cogidos de la mano y diciéndonos ¡Te quieros!
ResponderEliminarEl que se queda sufre
Una entrada a la vez realista y nostálgica.
Besos
André
Bonita forma de contarlo y es una gran verdad, el que se queda es quien sufre de la sensación de abandono y tristeza.
ResponderEliminarPero es Ley de vida y hay que pasarlo. En verdad nadie muere mientras se le recuerde. Bss
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