Había
tomado la de decisión de que no estaba
dispuesta a dedicarle más tiempo al teatro, por mucho que me gustara, aquello
no era para mí. El teatro me hacía sufrir y, la verdad, no era buena actriz.
Pensé
en apuntarme a clases de baile: salsa, rock and roll, claqué…descarté la idea,
no creo que podría hacerlo muy bien sentada en la silla de rueda. Como soy más terca que una mula me dije
a mi misma, como el baile no es posible, me inscribo en el club de parapente, y
así puedo practicarlo cada día de la semana.
Pensándolo
bien, lo que más ilusión me hace es ver todos los día, el programa de “Juan y
Medio” sentada en el salón de la
residencia junto a mis compañeras y
encontrar un buen hombre para acabar con mi soledad, y también con la sensación
de frío que siento en la cama cada noche. Ya no soy una niña.
Es una buena ilusión, un sueño quizás, pero nunca hay nada imposible.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola amiga: sueño, realidad, pero todo es posible si te lo propones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bien que tenga sueños, aunque los deje por otro y otro, porque le da condimento a la vida y se aferra con ganas, porque el amor también se quiere seguir encontrando.
ResponderEliminarUn abrazo :)
El amor está dentro de nuestro corazón siempre, y es algo que cada día necesitamos, porque el ser humano ha nacido para dar y recibir, para compartir. Muy buen escrito Maruja. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
ResponderEliminarQue cada día de tu vida sea más bello que el anterior
y que nunca te falte la ilusión de un nuevo amanecer.
Feliz despertar a este domingo vestido de cielo, calzado
de simpatía, mientras es peinado con hilos de madreselvas...
Un breve abrazo,
adueñado del sentimiento.
Atte.
María Del Carmen
Hola amiga, estoy segura de que tú podrías hacer todo eso ¡y más!Por cierto, me encantó el mensaje que dejaste en mi contestador, a ver si hablamos otro día. Nahim y yo estamos muy contentos aquí en Sevilla y os enviamos un abrazo a tí y a tu familia.
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