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domingo, 18 de septiembre de 2011

LA MODISTA EN CASA


Por supuesto, sobra decir, no era necesario ningún evento especial para contratar una modista, solo tenías que llamarla por teléfono o verla coser en otra casa para que viniese a la tuya a confeccionar los vestidos, cortinas, faldas… incluso forrar los sofás, ya deteriorados por el paso del tiempo.


En la fecha acordada, un día de la semana la modista llegaba a casa de la clienta donde era recibida con gran entusiasmo y satisfacción; había llegado el día que tocaba coser. La máquina estaba preparada: las telas sobre la mesa, al lado del costurero; durante toda la jornada ella se dedicaba a medir, cortar, hilvanar, pespuntear…


7 comentarios:

  1. Hola preciosa.
    La que es modista lo será siempre, por mucho que los tiempos cambien, prefiero las cosa echas de una persona con garantía , que comprar en los "chinos" por ejemplo... a la vista te quedó el faldón precioso.
    Tu amiga tiene que estar muy feliz.
    Enhorabuena.
    Un fuerte abrazo amiga.

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  2. Un precioso escrito. Estoy de acuerdo con Magda, tiene más valor algo hecho por unas manos como las tuyas.

    Por cierto, el faldón es precioso.

    Un saludo.

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  3. GRACIAS A TODOS POR VUESTROS COMENTARIOS Y FELIZ OTOÑO. SALUDO PARA TODOS.

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  4. Hola Maruja: bonito faldón y gorrito que contenta se habrá puesto tu amiga, esos detalles son para agradecer, que manos tienes.
    Buen viaje.
    Un abrazo.

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  5. entrañable relato, cuando era nena mi madre nos hacía las ropas y de ella me quedó el gustó por arreglar y hasta modificar ciertas prendas, ya claro, desde hace mucho años que mi máquina quedó arrumbada en un rincón de la cocina, quizá cobre vida después de leerte

    un abrazo de paz
    desde Chile

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  6. Hola Maruja:
    Precioso relato, muy tierno y entrañable, con las manos y una aguja se pueden crear verdaderas marabillas como esta que muestras en tu blog.
    Felicides un beso Nieves.

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  7. Querida Maruja,
    me da una ternura leerte, en especial esta entrada... Mi madre era modista. Lo hacía todo tan maravillosamente, tan perfecto, limpio, sin fallos... Hace más de cuatro años que se fue y hoy, has hecho que la recuerde de otra manera.
    Un abrazo de lo más tiermo y agradecido.

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