Cada día nos encontramos con alguno de ellos, no sé como se llaman, hay muchos como él, que pasan por nuestro lado, con las manos hundidas en lo más profundo de sus bolsillos, en silencio. Sombras difusas que no queremos reconocer. Alguna vez, no nos paramos a pensar que ese hombre, en otra etapa de su vida anterior fue un niño feliz: tuvo padres, hermanos, amigos, que en algún lugar formó su propia familia. Un día inesperado, se vio inmerso en un callejón sin salida, atrapado en el tétrico mundo del “paro” que cayó sobre él, como la fuerte y oscura tormenta que todo lo asola y destruye sin piedad.
Su familia se rompió y todo cambió para él, le llegó el día de tener que dormir bajo un techo de negras nubes y sobre una cama de sucios cartones mojados por la lluvia. La calle deja la dura huella sobre su torturado y maltrecho cuerpo, suciedad, moratones, cicatrices... En el cuerpo y en el alma, con la mirada rasgada que expresa un solo deseo, una idea que lo acosa sin tregua, día y noche. Llevar a su garganta un buen trago de vino barato.
Mañana puedes ser tú, o quizás yo. La vida es como un carrusel que gira y gira sin parar.
Muy buena reflexión Maruja, triste pero todos podemos vernos en esas circunstancias, pero no, siempre pensamos que sólo les pasa a los demás.
ResponderEliminarBesos amiga.
Que reflejo de la realidad has hecho. Me ha encantado cómo lo has narrado, el lenguaje utilizado. Ciertamente Maruja, ¡¡me encanta leer lo que escribes!!
ResponderEliminarUn abrazo
MARUJA COMO TODO LO QUE ESCRIBES ES MUY BUENO, ESTO NO PODIA SER MEJOR. ME HAS RECORDADO A UN JOVEN QUE VEO A DIARIO Y NUNCA PENSARIA ESTAR EN LA SITUACION ACTUAL. CUANTO TENEMOS QUE AGRADECER A TODO CUANTO NOS RODEA POR ESTAR SITUADOS Y SER UNOS PRIVILEGIADOS EN LA VIDA. UN GRAN ABRAZO. ANTOÑITA.
ResponderEliminarGracias de corazón Maruja por esta entrada. Los vemos cada día pasando a nuestro lado y muchas veces ni nos inmutamos... nos parece que sea algo habitual, sinembargo, debemos de tenderles una mano, nuestra mano. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://capuchinodesilo.blogspot.com/
Mi querida Maruja
ResponderEliminarun placer como siempre leerte; tú estilo es sencillo, interesa y llega, nos identifica y consigues la empatía de la complicidad.
Y sí, nos puede pasar a cualquiera Y en cualquier momento.
Un abrazo agradecido por tan bella reflexión.
Maruja, muy buena reflexión me a gustado el lenguaje utilizado, en esta época que nos ha tocado vivir, pasa con mas frecuencia, es una pena...
ResponderEliminarDios te bendiga.
Un abrazo.
Estimada Maruja, que exquisito pasar de visita por tu casa, realmente no nos damos cuenta de lo atentatorio que es ese estado inconsciente de vida, en donde un peso hace la diferencia entre la vida y la muerte,y no logramos identificar a tiempo esos casos en los que por omisión no salvamos una vida. Felicitaciones!!!! me has conmovido con tu relato.
ResponderEliminar