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lunes, 4 de abril de 2022

EL BALNEARIO

- Quería que supieras lo bien que me lo he pasado en el balneario. Ana - No sabes cuánto me alegro. Yo el último año lo pasé genial, aún lo recuerdo y se me hace la boca agua, el enfermero que me designaron estaba como un tren, con aquella bata blanca, y la barbita tan bien cuidada. El chico no me dejaba ni un solo momento, no sabía que hacer para que mis días en el balneario fuesen lo más agradables posible, era un no parar: ahora a la piscina, a los chorros, a comer, a jugar al bingo y por la noche a bailar. El último día me dijo que tenía cita para ver al médico y darme el alta. - Y que pasó, pues eso es lo normal Ana. - Si, pero lo que no es habitual es que te diga que tienes que desnudarte por completo. - ¿Y tú qué hiciste, te desnudaste? - Pues sí lo hice, pero sólo de cintura para abajo, y, a continuación, lo más extraño y desconcertante fue cuando me dijo que me tendiese en la camilla, sacara la lengua y cerrará los ojos. Salí nueva de la consulta Juana, un milagro, no me lo podía creer todos los dolores producidos por la artrosis me habían desaparecido. ¡Es increíble! Lo que ha avanzado la medicina amiga.

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