No
sé si este es el invierno más frío de mi existencia pero sí el más triste y
doloroso.
Sigo
buscando por entre las calles la salida del sol, por entre ellas paseo mi
soledad en silencio, busco la luz para poder aliviar el gran vacío y la
profunda nostalgia que en mi alma se engancha como lapa a la roca. Las palomas posadas en el alféizar de la
ventana me contemplan al pasar, me observan estáticas. ¡Quizás me conozcan! En pareja
levantan el vuelo hacia donde se oculta el sol tras el horizonte. Se elevan al
cielo mis pensamientos, veo la grandeza de la naturaleza, de lo bello y lo
divino, y mi alma se olvida por unos momentos del frío de la soledad de mi
alma.
Ellas también buscan el sol, como nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo.