A
esa hora del lunes la clase de “Educación de Adultos” estaba a reventar. La
señora que se sienta en la mesa, a mi lado, comenzó a temblar agitadamente, nadie
de los allí presentes se había percatado de ello, solo yo. La mire extrañada y le pregunté--¿Qué te pasa que no
paras de moverte, se encuentra mal? A lo que ella respondió.—No es nada es que anoche estuve de botellón con las amigas y aun tengo la
marcha dentro del cuerpo.
Creado por Maruja. J. Galeote.
Creado por Maruja. J. Galeote.
Pues yo después de una hora, no le encuentro punta al botellon. Lo normal sería ir a dormirla, pero hay que demostrar que se aguanta hasta tarde, nadie ha de ser el primero en volver a casa. No lo entiendo.
ResponderEliminarGracias por esta sonrisa que dejas con tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero, ¿quién ha dicho que el botellón sea solo para los más jóvenes? Los menos jóvenes también disfrutan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenísimo Maruja. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarHola Maruja: te doy las gracias por tu visita y por tu compartir.
ResponderEliminarDios te bendiga.
Un cariñoso abrazo.