Si
salgo por la mañana, por la tarde a medio
día o al anochecer, a todas horas del
día está allí en la calle, sentada en el banco de madera que está situado frente a mí casa: es una mujer de edad indefinida
que peina canas y lleva dentadura postiza. Siempre que entro o salgo del portal
me observa sin pestañear en su mirada puedo adivinar sus sórdidos y oscuros
pensamientos…
“Es que
es muy mayor para llevar la ropa tan corta, ajustada y con tanto escote. Es que
parece una “pilingui”. No se mira al
espejo antes de salir a la calle. No se da cuenta de la edad que tiene la
señora. Seguro que aún tiene las camas sin hacer, los platos sin fregar y no ha
planchado la ropa.¡¡¡Si es que se pasa el día en la calle con el bolso colgado…comprando
trapitos y gastando dinero sin ningún control Con razón dicen que el marido la
ha dejado por otra.”
MUY BUENO AMIGA.
ResponderEliminarTe felicito por tu relato breve.
Un abrazo.
Casos parecidos, supongo, que todos conocemos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una está desnuda ante las criticas:)
ResponderEliminar"Dios nos libre de quién nos acecha"...
Me gusta tu relato.
Besos
PRECIOSO!!! Que gran persona eres.
ResponderEliminarDios te bendiga guapa.Un abrazo.
Tiene la mentalidad de los tiempos de Franco, pero ni caso, ya sabes aquellos de "ladran, luego cabalgamos".
ResponderEliminarBesicos.
Corto y audaz, me ha gustado amiga. Por cierto, Nahim y yo ya nos hemos mudado a vivir a Sevilla, así que cuando vengas a tu tierra no te olvides de hacernos una visitilla! Un beso. Elena
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