Hola
amiga: esta noche no he podido dormir pensando en lo que me comunicaste ayer en
el bar mientras tomábamos una cerveza. No lo puedo creer por más que ahondo en tus palabras. Palabras cargadas de tristeza, miedo y desesperanza ante lo desconocido.
Los
resultados de esa peligrosa prueba... esa que ha certificado lo que ya se
preveía...Al escucharte todo se ha oscurecido y derrumbado a mi alrededor, porque no concibo la vida sin tener tu
compañía y tu amistad, esta amistad que perdura desde hace más cuarenta años,
que nos une cada día más, con nuestros encuentros y desencuentros pero siempre con una sólida
amistad. Eres la persona que siempre está a mi lado, me apoya, me anima, me
alegra y hace que no me sienta triste, en momentos de bajón, de los muchos que
nos ha planteado la vida, tanto a ti como a mí.
Me siento con el corazón destrozado, con la impotencia de no poder hacer
nada…sólo estar a tu lado, decirte que no tires la toalla y luchar, luchar con
todas tus fuerzas, consultar a otros especialistas para ver si ellos tienen
otra segunda opinión sobre esta terrible enfermedad…
Querida Maruja; no se si es realidad o es una ficción tu entrada, pero para eso están las amigas no?
ResponderEliminarUn abrazo.
En casos así no hay palabras,sólo queda luchar a quien la padece y los demás acompañarlos.
ResponderEliminarUn abrazo.
querida Maruja también un grupo de amigas estamos pasando por lo mismo, te digo que la compañía es muy importante en estos trances y nunca perder las esperanzas la mano de Dios es misteriosa y nunca nos da una prueba que nos supere, las abrazo
ResponderEliminarNo se puede tirar la toalla. No se podemos rendirnos ni el el último segundo.
ResponderEliminarBesos