A la hora de la siesta, cuando el reloj del salón marcaba las tres de la tarde, la casa se iluminaba con un silencio angelical, sólo se escuchaba el tictac, y algún sonido lejano que provenía de la calle, que llamaba mi atención, siempre creí, que cuando mis padres decidían que era la hora de dormir el mundo entero lo hacía y yo, lo hacía sin rechistar.
Ese día estaba ansiosa esperando oír las campanadas, todo permanecía a oscuras, mantenía los ojos abiertos y así podía vislumbrar el maravilloso vestido colgado en una silla del dormitorio junto a él los zapatos rojos de tacón. Cuando el reloj marcó las cinco campanadas, mi corazón comenzó a palpitar muy deprisa, había llegado la hora de levantarme y empezaba el ritual el gran día, ese, en el que mi padre me llevaba a la feria. Como cada año.
Mi madre preparó el baño: me bañó, me puso el traje de faralaes, recogió mis largos cabellos con un artístico moño. Y con mucho arte como sólo ella sabía hacerlo fijó un pequeño rizo en medio de mi frente.
Cuando las campanadas sonaron seis veces, mi padre me cogió de la mano y salimos calle abajo camino de la feria. Al llegar me compró un algodón rosa de azúcar que era más grande que yo, y, allí en la feria entre el gentío protegida por la fuerte mano de mi padre, me sentí como una reina, sí, una reina que lo puede ver todo desde su trono.
Qué rebonica estás en esa foto, Maruja.
ResponderEliminarY sí: en la infancia, hacía falta bien poco para sentirnos como reinas, ¿verdad? Es una pena que, conforme cumplimos años, la vida pierda ese brillo tan especial que le da la mirada de un niño.
Te imagino aquella tarde, nerviosa esperando la hora del arreglo, la ilusión por el algodón de azúcar...
Una entrada preciosa. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
La sonrisa de la foto habla de un día muy feliz. Y el relato la acompaña, armoniosamente, calidamente, como la mano de su padre que la lleva como toda una Reina.
ResponderEliminarUn abrazo.
...traigo
ResponderEliminarecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
MARUJA
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE LEYENDAS DE PASIÓN, BAILANDO CON LOBOS, THE ARTIST, TITANIC SIÉNTEME DE CRIADAS Y SEÑORAS, FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA,JEAN EYRE , TOQUE DE CANELA, STAR WARS,
José
Ramón...
Un relato lleno de dulzura e innolvidable como ese copo gigante de azúcar...
ResponderEliminarHermoso Maruja, hermoso recuerdo :)
Mis cariños de siempre.
Hola amiga; que bonitas que estás, muy lindos recuerdos los que tenemos de la niñez, esos que nunca se olvidan, que lo recordaremos con la misma ilusión de esa edad.
ResponderEliminarNos vemos guapa cuando tu quieras.
Un abrazo.
Una reina, en una nube de algodón rosa. La ternura intacta.
ResponderEliminarUn placer, Maruja.
Saludos.
Hola Maruja: una entrada preciosa, recordando ese día de feria...
ResponderEliminarUn abrazo.
pues creo que tu eras la reina...
ResponderEliminarque linda niñita, que hermoso amor filial, saludos querida amiga
Pero que entrada tan bonita Maruja, y la foto me gusta mucho, se ve que ya tenías arte de niña, así que... ¡olé!Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Sí, la reina de la feria, sin duda.
ResponderEliminarEs cierto que la hora de la siesta, ya no tanto, era sagrada. Y anda que íbamos a rechistar...
Hermosos recuerdos que también, con sus diferencias, he vivido:)
Besos
PD: Saludos a tu marido reina:):)
Perdón: Reina
ResponderEliminarQué bonita foto, Maruja, ¡ya desde pequeña tenías mucho arte! un beso y que sepas que sigo tus blogs!
ResponderEliminarLos recuerdos que siempre están presentes.Ahora tengo estropeado el blogs,no puedo poner nada en el, espero que pronto se solucione el problemilla.
ResponderEliminarGracias amiga Elena por dejar tu huella.
¡¡¡Un montón de besos.
Hemoso. Y hermosa foto. Me gusta que utilices esa fórmula para decir la hora. Es genial.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mayte
Es que te gusta la feria!!!, las cañitas!!!, el alterne!!!, los viajes!!!, es que te vá la marcha.
ResponderEliminarmuchas gracias por valorar mi trabajo, tu forma de narrar tu historias tambien es digna de leer, intentare seguirte todo lo que mi horario me permita.
ResponderEliminarMe ha encantado el final
un saludo.