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sábado, 18 de septiembre de 2010

LA MEDALLA




No me digas que me quite esta vieja medalla, la que mi madre guardó durante años; viéndola, la recuerdo a ella, lo que una noche fría de invierno me dijo entre jadeos rotos.

—Ya me voy de este mundo inhóspito e ingrato, las piernas ya no resisten, mis cabellos están blancos, el corazón tengo roto, por muy hondos desengaños. Me voy, y sólo te dejo esta pobre y desgastada medalla, la que guardé con amor entre mis callados llantos.

No me digas que me quite, la medalla de mi madre.

2 comentarios:

  1. MARUJA, preciosa la medalla y más con esa procedencia.Un gran abrazo.ANTOÑITA.

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  2. HOLA MARUJA, YE HE QUITADO LOS COMENTARIOS REPETIDOS QUE TENÍAS, TU NO LOS PODIAS ELIMINAR, GRACIAS. TU HISTORIA DE LA MEDALLA ES MUY BONITA, BESOS.

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