Mi
“padre” nunca fue un hombre de Universidad, sus años de juventud transcurrieron
en plena posguerra y tuvo que trabajar muy duro, para que a nosotras, sus
hijas, no nos faltara de nada, pero él nunca se conformó con mirar. Leía todo
lo que pasaba por sus manos: libros, revistas, periódicos… Nos enseñó que la
educación era muy importante, nos hablaba de los grandes héroes y tiranos de la
tierra, nos habló de la guerra y también de la paz, nos enseñó que
más vale dar que recibir, que uno se siente mejor con ello,
aún cuando otros puedan pensar que es tonto dar algo a quien no se lo
merece. Decía que eso no era lo importante, lo que importaba era que esa
persona que lo recibía nunca nos olvidaría. Él era un hombre autodidacta,
siempre me asombraba su gran capacidad de saber todo lo que uno le preguntaba…
Pero
más que nada, lo que hizo y hace que sea una persona relevante para mi es que
haya dejado huellas. Fue un gran hombre que se hizo así mismo, siempre
tenía una palabra amable, un gesto de cariño. Pienso en ello, recordándole
ahora que ya hace 7 años que no está entre nosotros; conocí en él a un hombre
que sin ser un letrado, tenía la palabra exacta para hacerte sentir importante.
Su sonrisa y sus ojos eran limpios y serenos, él nunca se alteraba “y si lo
hacía alguna vez, pedía disculpas”.
Mi
padre era un hombre humilde y sabio, que como raíces profundas, quedaron
plantadas para siempre en mi vida.
Creado por Maruja. J. Galeote.
Bonito recuerdo de tu padre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bellas palabras que honran a tu padre, pero que más te honran a ti, por tu heredada nobleza.
ResponderEliminarAbrazos.
Compartir la vida nos hace más felices,
compartir la alegría incrementa nuestra felicidad,
compartir nuestras lagrimas libera nuestros sentimientos de un gran peso,
compartir nuestros sueños nos brinda más posibilidades de alcanzarlos,
compartir con los demás nos abre un mundo de posibilidades incalculables...
Como incalculables son los aventajados latidos de las emociones,
que diligentes parten a reunirse con las vivencias y rimas que tu intelecto
ha expuesto para ennoblecer el espíritu de quienes las estamos leyendo.
¡Te deseo que disfrutes del comienzo de una maravillosa semana!
Un abrazo besando las brisas
Y un beso abrazando las sonrisas.
Atte.
María Del Carmen
Hola Maruja: que bonita entrada le has dedicado a la memoria de tu padre.
ResponderEliminarUn abrazo.