La casa de mis abuelos, en la
que nací un 22 de noviembre en un famoso barrio de Sevilla, (San Jerónimo) Una casa
grande de vecinos con viviendas independientes, con las puertas
de las viviendas deterioradas por el paso del tiempo y por las espesas capas de pintura.
A la entrada de la vivienda un
pequeño comedor con escasa iluminación, solo la que pasaba a través de la
estrecha puerta que daba acceso al patio: a la derecha la cocina cuyo tejado
era aguantado con tablas y cartones para no ser despedido por el fuerte viento
del invierno, en su interior una vasta mesa y un hornillo en el que mi abuela
solía cocinar con la ayuda de la carbonilla que mi abuelo recogía de entre las vías,
a la izquierda un destartalado dormitorio, con dos grandes camas de altos
cabeceos pegadas a la pared, con una sola ventana que parecía colgar del techo
envigado que para poder abrir o cerrar pendía una larga cuerda.
Por las tardes todas las vecinas
solían sentarse destartalado patio al lado del pozo, para tomar el fresco en
verano y el sol en invierno.
Una casa humilde pero llena de
amor en la que mis ojos vieron la luz por vez primera.
Creado por: Maruja. J. Galeote.
Muy nostálgico y bonito.
ResponderEliminarLa nostalgia esa, de nuestra niñez, creo que nos es común a todos los que hemos renovado el D.N.I. un par de veces más de las debidas.