Estoy a ciegas, completamente a oscuras, mi cuerpo yace tumbado boca arriba inerte, me siento febril, desnudo, indefenso, tengo frío, ¡¡Quizás sea calor!! Un fuerte aliento recorre mi cuerpo, dejando en mi boca un sabor amargo, multitud de sombras deformes me rodean. ¿Una corriente eléctrica intensa atraviesa mis sentidos? ¿Quién me tortura?, ¿porqué…
Un instante después despierto, una despampanante enfermera se inclina sobre mí, sus mejillas rojas, delatan gran excitación los botones de la blanca bata se encuentran desabrochados, el cabello revuelto. Me sonríe con ironía desde la puerta de la sala, intenta una y otra vez con las manos estirar la blanca bata para rehacer su imagen pudorosa.