Por
primera vez sentí miedo al entrar en
casa, el salón se encuentra en penumbras iluminado por la tenue luz que se
filtraba a través de las rendijas de la ventana. Me incliné con suma dificultad
para llegar al suelo y recoger una fotografía que se hallaba pisoteada y muy
sucia en medio del salón ¿Quién la había dejado allí? Es una mujer joven y muy
hermosa de ojos grandes y cabello largo y sedoso aunque sus rasgos no son muy inteligibles
debido al deterioro de la cartulina. La sostengo entre las mano intentando
recordar. Miro a mi alrededor: son los mismos muebles, los mismos cuadros
colgados en las paredes, mi angustia crece al contemplarlos, los veo pero no
los reconozco, los siento ajenos y distantes, incluso más sucios e indecorosos
que nunca y me pregunto aterrada… ¿dónde estoy? Camino por el pasillo y
llego hasta el dormitorio, estaba igual que siempre, pero no
era el mismo, la mesita de noche con viejos libros apilados, las pequeñas gafas
sobre ellos. Me senté en el borde de la cama, me puse las gafas y di la vuelta
a la fotografía que aún sostenía en las manos y leí la dedicatoria.
“Para
que nunca se te olvide”.
Un
miedo aterrador me invadió. ¿Quién era la chica de la foto?, ¿Quién escribió
esta dedicatoria? Los primeros síntomas habían comenzado…
Triste, muy triste, pero una realidad para demasiadas personas.
ResponderEliminarGracias Maruja por hacernos participes de tus escritos.
Uno de mis preferidos Maruja, siempre dando en el clavo...
ResponderEliminarMuy buen escrito Maruja. Un fuerte abrazo amiga, yo ya me despido por el verano. ¡Hasta Septiembre!
ResponderEliminarNo puede existir un terror mayor.
ResponderEliminarEl olvido. Saber del olvido...
Besos
Muy buena la entrada y sobre todo esa dedicatoria que deja a uno un poco con titiritera...
ResponderEliminarbesos de gofio.
Hola amiga muy triste relato y tan real a la vez.ya voy entrando de nuevo en este mundo bloguero que tanto quiero.Besitos y buen finde.
ResponderEliminarTremendo tema. Creo descubrir en tu relato los primeros síntomas de una difícil enfermedad.
ResponderEliminarmariarosa
Cuando empiezan los olvidos de uno mismo, debe ser terrible, yo creo que para los que nos rodean, hay enfermedades terribles que denotan la cercanía a la despedida.
ResponderEliminarBuen relato que refleja angustia.
Un abrazo :)
Al principio me sugirió un misterio de familia, pero ya al final del relato veo que se trata del peor de los males, la pérdida de la memoria y con ella de nuestra identidad y de nuestra vida.
ResponderEliminarTerrible.
Me alegro de volver a leerte.
Besos
HOLA MARUJA...
ResponderEliminarME HA ENCANTADO TU MISTERIOSO ESCRITO, ME GUSTAN MUCHO ESTOS TEMAS
QUE EN EL FONDO SIENTES MIEDO Y POR OTRO LADO,CURIOSIDAD DESBORDANTE PARA SABER EL FINAL...
MUCHAS VECES VEO EN TELEVISIÓN ( EL
CUARTO MILENIO ) Y EN ALGUNOS MOMENTOS , TIEMBLO DE MIEDO...
UN ABRAZO , ESTOY SIGUIENDO OTRA VEZ LOS BLOG... CONCHITA
Si que aterra pensar en el no recuerdo, porque vivir sin recuerdos es vivir sin haber tenido antes vida, y sin apegos a nada ni a nadie. Aun así triste pero hermoso lo que has escrito. Un beso.
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