Si
salgo por la mañana, por la tarde a medio
día o al anochecer, a todas horas del
día está allí en la calle, sentada en el banco de madera que está situado frente a mí casa: es una mujer de edad indefinida
que peina canas y lleva dentadura postiza. Siempre que entro o salgo del portal
me observa sin pestañear en su mirada puedo adivinar sus sórdidos y oscuros
pensamientos…
“Es que
es muy mayor para llevar la ropa tan corta, ajustada y con tanto escote. Es que
parece una “pilingui”. No se mira al
espejo antes de salir a la calle. No se da cuenta de la edad que tiene la
señora. Seguro que aún tiene las camas sin hacer, los platos sin fregar y no ha
planchado la ropa.¡¡¡Si es que se pasa el día en la calle con el bolso colgado…comprando
trapitos y gastando dinero sin ningún control Con razón dicen que el marido la
ha dejado por otra.”