Hace unos años. El
director del Centro de Mayores convocó a un grupo de personas de dicho centro
para hacer un curso de informática avanzado y así prepararnos para poder
impartir clases de iniciación a otras personas, que no sabían nada de dicha
materia. Al poco tiempo de terminar el curso empezamos a dar las clases. Yo
estaba muy asustada ante tanta responsabilidad, pero nada más empezar a
impartir las clases todo fue sobre ruedas. Nos repartimos los grupos de dos en
dos para que fuese más fácil para nosotros, lo que no sabía una, lo sabía la
otra.
Ya han pasado unos años y aún seguimos ayudando a otras personas para que
puedan conocer algo más de las nuevas tecnologías. Hoy todo el grupo nos
sentimos felices y afortunados por haber podido seguir haciendo este magnífico
trabajo, al ayudar y haber podido ayudar
a otras personas a conocer el manejo del ordenador, y el mundo que se encuentra
escondido en su interior.
Ese sigue siendo nuestro cometido, nuestro mayor empeño, enseñar a las gentes que
busca llegar a superar su ignorancia ante lo desconocido.